Daniel Kish – Oradore

Daniel Kish nació en marzo de 1966 en Montebello, California. Diagnosticado de retinoblastoma, un agresivo cáncer de retina, perdió un ojo y luego el otro a los 13 meses. Su hermano menor, Keith, también nació con retinoblastoma -una enfermedad genética-, a pesar de que ninguno de sus padres padecía la enfermedad. Esta vez, los médicos lograron salvarle la vista y Keith se convirtió en profesor de secundaria.

Como escribió Michael Finkel en su perfil de Daniel para Men’s Journal, «Kish apenas recuerda un momento en el que no encajara. Llegó a ello por sí solo, intuitivamente, a los dos años, aproximadamente un año después de que le extirparan el segundo ojo. Muchos niños ciegos hacen ruidos para obtener retroalimentación: pisotones, chasquidos de dedos, palmadas, chasquidos con la lengua. Estos comportamientos son los inicios de la ecolocalización, pero casi siempre son considerados asociales por sus progenitores o cuidadores y se extinguen rápidamente.

Kish tuvo suerte de que su madre nunca intentara disuadirle de hacer clic. «Ese chasquido de lengua lo era todo para mí», dice. Iba a escuelas como todos los demás y dependía casi exclusivamente de la ecolocalización para orientarse, aunque en aquel momento ni él ni su madre tenían idea de lo que hacía. «No había nadie que me lo explicara, nadie que me ayudara a mejorarlo, y todos lo dábamos por sentado», dice. «Mi familia y mis amigos decían: ‘Sí, hace un chasquido raro y se mueve'». Lo llamaban su radar. Navegar por nuevos lugares, dice, era como resolver un rompecabezas.

Kish creció casi sin ninguna dispensa por su ceguera. «Mi educación se basó en la autosuficiencia total», explica, «en ser capaz de perseguir cualquier objetivo que me propusiera». De niño le interesaban las profesiones como policía, bombero, piloto y médico.

Era un célebre cantante y un voraz consumidor de libros en braille. Podía desmontar cualquier cosa y volver a montarla, una habilidad que conserva. Fue nombrado «mejor cerebro» en la enseñanza de secundaria y se graduó en el instituto con una nota media cercana a 4,0. Fue votado «con más probabilidades de éxito».

Kish estudió en la Universidad de California Riverside y obtuvo dos másteres, uno en psicología del desarrollo y otro en educación especial. Escribió una tesis sobre la historia y la ciencia de la ecolocalización humana, y como parte de ella ideó uno de los primeros programas de formación en ecolocalización.

Ya en 1749, el filósofo francés Denis Diderot observó la capacidad de algunos ciegos para percibir objetos mucho antes de poder tocarlos. Según su teoría, tenía algo que ver con las vibraciones contra la piel de la cara.

A principios del siglo XIX, un ciego inglés llamado James Holman dio la vuelta al mundo -puede que fuera el viajero más prolífico de la historia hasta ese momento, Magallanes y Marco Polo incluidos- fiándose de los ecos del chasquido de su bastón. No fue hasta la década de 1940, en el laboratorio de Karl Dallenbach de la Universidad de Cornell, cuando se demostró de forma irrefutable que los humanos podían ecolocalizar.

La tesis fue la primera vez que Kish estudió realmente lo que había estado haciendo toda su vida; fue el principio, como él mismo dijo, de «desbloquear mi propio cerebro». Después se convirtió en la primera persona totalmente ciega de Estados Unidos (y probablemente del mundo) en obtener la certificación de especialista en orientación y movilidad, es decir, alguien contratado por los discapacitados visuales para aprender a desplazarse.

El objetivo de Kish nunca fue dirigir una fundación dedicada a los ciegos. Planeaba ser psicólogo. Pero no podía ignorar el hecho de que pocos ciegos disfrutaban de una libertad de movimientos parecida a la suya, y se había cansado de la actitud de la sociedad hacia los ciegos.

Así que en 2000 fundó World Access for the Blind. Una de sus misiones es contrarrestar cada «no» que oyen los ciegos. Kish dice: «La ceguera, debe ser entendida -tanto por los ciegos como por los videntes- como nada más que un inconveniente”.