Desde la banca hasta la televisión, pasando por la compra de alimentos o la contratación, es difícil encontrar un sector o servicio que no se haya visto afectado por la transformación digital en la última década. Vivimos en un mundo en el que los agregadores digitales dominan, con el mayor negocio de alojamiento global, AirbBnb, que no posee ninguna propiedad y el mayor portal global de medios y noticias, Facebook, que no crea ningún contenido, la disrupción digital está en todas partes. Las ventas, el marketing y los servicios de atención al cliente han tenido que adaptarse para comunicarse con el público a través de plataformas digitales nuevas y en evolución, especialmente con la llegada de la voz y el chat, que afectan al uso de los dispositivos tradicionales.